Saltar al vacío

Desgraciada o afortunadamente, venimos solos a este mundo; pero, es desde el preciso instante en que nacemos cuando comenzamos a generar vínculos emocionales con la realidad que nos rodea. Vínculos afectivos de familia, amistad, conocidos, animales, plantas, e incluso con objetos, por muy ridículo que pueda llegar a parecer. Estos vínculos sufren un proceso al igual que la vida: nacen, crecen, se afianzan y, eventualmente, mueren. Sin embargo, son estos, junto a las experiencias vividas, los que conforman buena parte de nuestra personalidad.

Las primeras pérdidas son las más dolorosas, pero con el tiempo aprendes a vivir sin ellas, mismamente más fuerte que antes. No debe preocuparnos avanzar. No debe preocuparnos caer. No debe preocuparnos romper lazos. No debe preocuparnos el pasado. Avanzar es crecer, cristalizar. Caer es levantarse, fortalecer. Romper lazos es generar de nuevos. El pasado es un tiempo que ya fue, mira de frente porque no volverá. Estamos aquí y ahora, siendo el ahora presente y futuro inmediato; presente que nos va dejando para tomar forma de pretérito indefinido.

A lo largo de mis vivencias he aprendido, que hay que dejar que los fantasmas abandonen la estancia, al igual que las hojas de un árbol caduco hacen cuando asoma el otoño; el frio llega y se impone la razón. Así que: sueña e imagina, haz y deshaz, intenta y cae, sonríe y levántate, da un salto de fe al vacío, empieza a volar, y disfruta.

– Aprende a vivir en el presente, porque ya es primavera –

NGE

La séptima cara

Sentir. El impulso primario y básico que te incita y empuja a hacer cosas. A no pensar. A dejarte llevar. A veces difícil, pero necesario y básico como respirar. Para dejar actuar el destino. Para que las cosas pasen sin un motivo aparente. Para poder preguntarte porque te han sucedido a ti. Para no comprenderlo jamás. Pero también, para aprender a aceptarlo

Vivir con ello. No son las cosas que nos pasan las que nos definen, más bien la actitud de plantarles cara; mirarlas de frente y saber que nada podrá́ contigo, simple y llanamente, porque no te apetece. 

Porque hemos venido a pelear. A no dejarnos vencer. Porque el miedo es solamente un instinto de supervivencia: un estado de alarma que nos mantiene atentos y despiertos, pero solamente es eso, y nada más. No es un enemigo y jamás lo fue. A menos, que dejas que te venza y te haga olvidar de a qué hemos venido. 

A aprender de la vida. A disfrutar del camino. A abrir los ojos una y otra vez. A cerrarlos de golpe con fuerza cuando sea necesario. A soñar que todo es posible. A tirar de las cuerdas para lograr convertir los sueños en realidad. 

Juguemos a vivir. Confesaré que soy de las que siempre creyeron que los dados tienen siete caras, y que en el juego de tu vida, los límites los pones tu, ¿dispuesto a aprender a jugar? 

– Ven, siéntate cerca y cuéntame cuál es tu historia, porque en la mayoría de las ocasiones esto es un juego de equipo, y yo, te elijo a ti – le susurró al oído.

NGE

Para el lector que hay en ti

Literatura poética. Ese pequeño rincón del universo repleto de poesía en prosa, de versos que no riman. Literatura poética. Ese pequeño rincón del mundo en el que por un instante te permites ser tu mismo.

Por saber que nada malo podrá pasarte y, que la persona que está al otro lado, además de escuchar y entender, te comprende. Esa rareza que ya creías imposible de encontrar en esta era tan banal y superflua.

Los años pasaron, la tecnología lo invadió todo, nuestra predisposición a la libertad cayo en picado, y nosotros los humanos, nos olvidamos de sentir. Poco a poco, recordamos como es, aunque seguimos sin aceptar el dolor como parte del camino. El sufrimiento solo es una parte más de la vida, la cuál nos recuerda a cada instante que estamos vivos simplemente, porque sentimos.

Las emociones se magnifican, lo sentimientos definen las formas de esta nueva realidad y nosotros como niños que ven el mundo por primera vez, nos sentimos abrumados.

– Ser y amar, como si no hubiera mañana, lo único que importa de verdad –

NGE