¿Que puedo deciros de mí?
Me llamo Núria, soy de unos de esos pueblos catalanes que apenas salen en los mapas, agradezco la popularización google maps. Orgullosa debo decir que disfruté de una privilegiada infancia y adolescencia entre Riba-roja d´Ebre i Roquetes, mis dos valores seguros. Durante ese tiempo, devore todos los libros que cayeron en mis manos y cuando me faltaba material decidí crear mis propios personajes, los que me acompañaron a donde fuese que fuera.
Me inicie al deporte de viajar en solitario a los 18 años por algo que me dijo mi hermano. Soñé con hacerlo desde siempre. Durante mis viajes, los libros siguieron siendo mis mejores amigos y la escritura una forma de combatir la soledad, un refugio hasta convertirse en una medio de comunicación más libre que las propias palabras, y eso que los que me conocen saben cuánto hablo.
Concretamente esta travesía encuentra su origen por allá el año dos mil diez cuando me encontraba cursando los estudios de Derecho en la Universidad de Barcelona. Comencé a escribir a modo de liberación de los presos de mis pensamientos. En mis propios escritos encontré la fortaleza de la que carecía en ocasiones. Con el tiempo, compartí mis reflexiones con algunos de mis allegados. Inicialmente escribía en catalán por ser ésta mi lengua materna, pero desde que me mudé a Madrid en dos mil dieciséis sentí la necesidad de explorar el castellano por la necesidad de acercarme a mi mundo en aquel momento.
En dos mil dieciocho comencé a tontear con el inglés pues fue cuando me mudé a Oceanía, sin embargo nada digno de publicar por aquí todavía.
En este espacio pretendo compartiros alguna de mi poesía en prosa, mi filosofía cuotidiana y algunas de mis experiencias a lo largo de los años. Espero que disfrutéis de éstas letras.
La chica que hecha de viento y fuego sube a trenes en marcha, salta de aviones sin paracaídas, baila en el agua y sale con más de un arañazo en cada ocasión. Amoratada, exhausta pero siempre con la sonrisa que la caracteriza. No conoceréis chica que llore sin menos motivos que ella, pero tampoco una que cante tan fuerte que los vecinos le supliquen que pare. Canta fatal. Esta es mi invitación formal a mi fiesta de colores, démosle al play y baila conmigo en mi viaje de letras.
— Núria Garcia Espelta
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Mi puzzle sin armar 